Hace poco tiempo me sentía incomprendida y desdichada, yo solo quería que todo estuviera bien en mi familia, pero no me daba cuenta de lo que estaba haciendo mal. Mi esposo y yo discutíamos constantemente y no tomaba importancia a lo que él me reclamaba, pues toda mi atención solo se centraba en nuestro hijo pequeño, no imaginé que al leer esto, todo cambiaría; ahora entiendo lo que mi esposo tanto le molestaba y era que el sentía que estaba perdiendo a su esposa a quién tanto ama, él solo quería que volviéramos hacer una pareja como cuando nos conocimos .
Lo esencial en la familia son los cónyuges, arranquen de su mente a como dé lugar la idea simplista de que de que sus hijos son los principal. Es mentira, es una trampa mortal.Aunque parezca contradictorio, los padres que navega con el estandarte de "nuestros hijos son lo único y lo primero" están destinados a llevar a su familia al naufragio. Es el error mas grave que suelen cometer incluso los adultos que se creen instruidos en educación infantil. Desatender a la pareja por atender a los niños es un veneno lento pero seguro que terminará por intoxicar a todos los miembros del hogar."LA ÚNICA ENERGÍA QUE FORTALECE VERDADERAMENTE AL HOGAR Y CADA UNO DE SUS MIEMBROS ES EL AMOR SIN CONDICIONES"
Ante la disyuntiva de descuidar a su cónyuge o a sus hijos, no lo duden ni un segundo: ¡descuiden a sus hijos! Si ellos presencian el amor de sus padres no estarán descuidados, se acurrucarán como pollitos en el calor del nido.
Cuando se cultiva el amor incondicional en el matrimonio, a los niños les va bien aunque no se hagan grandes esfuerzos para educarlos. La unión conyugal es la mejor educación. Los niños que la ven no tuercen su camino, se hacen juiciosos y sensibles, convirtiéndose a su vez en fuentes de amor y, más temprano que tarde, fundan con alegría su propia familia.
Por el contrario, os hijos de parejas que están en constante riña se infectan de desconfianza e inseguridad y frecuentemente se vuelven promotores de deformaciones sociales tales como el amor libre y los vicios carnales; buscan cariño en el engaño, calor en el placer y postergan el matrimonio todo cuanto les sea posible.
Pero ustedes señoras se preguntarán ¿ Cómo puedo preferir a mi, que es un adulto, antes que a mis hijos, que son niños?.
Pues creo que ya es hora de cambiar esa idea o de lo contrario su familia no será feliz. Ustedes se unieron a sus maridos antes de tener hijos y cuando sus hijos se vayan seguirá unida a él. La promesa que hicieron ante e altar incluye el compromiso de defender y amar a su esposo ¡Antes que a cualquier otra persona! El cariño prioritario en esta tierra, para todo adulto sano, es el de su pareja. Luchen por el ella antes ue por nadie más. Protegerla, respetarla ,aceptarla, amarla a pesar de cualquier defecto que tenga, es una fuerza motriz tan poderosa que salva del abismo a los hogares más conflictivos.
